Si quisiéramos tener agua para los tiempos de escasez, la mejor manera de guardarla es bajo el subsuelo, en los acuíferos, que pueden cagarse y recargarse durante la temporada de abundancia, almacenándose en represas o embalses de superficie de superficie, en pozas con profundidad diversa y hasta canteras abandonadas, de las cuales antes se extrajo materiales para la construcción. Eso es lo que, en forma ejemplar, está haciendo Ica para sustentar sus campos agrícolas.