Texto con encuadernación inversa.

Ambos cuentos vienen en un solo libro con un CD de audio con los cuentos y canciones incluídas.

Eran tres pajaritos muy bonitos que recogían gusanos. Su mamá estaba muy extrañada: “Son alegres y despiertos pero nunca dicen nada”. A la escuela los envió pensando que hablarían, pero por más que trató la maestra ni un “pio” les sacó. A cada uno les pedía: Di “pio” – Di “corr” – Di “si”, di “no”, di “mazamorra”, pero ni a susurros ni a gritos hablaron estos tres pajaritos. Muy cansada la mamá a su casa los llevó, lo baño, los acostó y un besito les dio: “Duerman mis amores, hagan dulce siesta”, y muy sorprendida escuchó como respuesta: “Di, di, di”. En ese momento todos les llamaron “Los Pajarididis”, pues “di, di, di” fue lo primero que pronunciaron.

Una mañana de verano me vestí de marinero, ¡para salir a navegar en mi barquito viajero! Navegué muchos océanos, de este a oeste. Por la noche me puse a ver el cielo y encontré estrellas celestes. De pronto se desató una tormenta, y aunque yo era un gran timonel, ¿cómo me podría salvar si mi barquito era solo de papel? Corrían vientos huracanados, se levantaban olas gigantes y yo me sentía con miedo. En ese momento, se escuchó la voz de una sirena, su canto era muy dulce, y su piel muy morena. El canto de la sirena pudo tranquilizar, suavizar y clamar los vientos y olas del mar. Hasta el viento y las aguas se pusieron a dormir. Antes de regresar, nadé con ella y con los peces. Y me zambullí en el fondo del mar muchísimas veces. Visité al pulpo y al calmar, luego cabalgué sobre los caballitos de mar. Ya en casa puse mi barquito a secar, pues al mar yo quiero pronto regresar.