Texto con encuadernación inversa.

Ambos cuentos vienen en un solo libro con un CD de audio con los cuentos y canciones incluídas.

La lata maraca es un cuento en el cual se destaca el empeño del personaje principal por cumplir con la tarea de su maestra: conseguir para la clase un instrumento musical. Su papá le dijo que no se lo podía comprar y que se las arreglara usando su ingenio. Mientras caminaba con tristeza, pensando en que quería tener una maraca, tropezó con una lata y fue ahí que se le ocurrió una idea: construir su propia maraca. Por eso, le pidió a su mamá granos de frijol y lentejas sin cocinar, los metió a su lata y la tapó; así logró que en su interior se produjera un hermoso sonido. Por este motivo, la maestra lo felicitó y lo invitó a formar parte de la banda musical como reconocimiento a su creatividad.

La familia Palillo era muy, pero muy especial. Cada integrante de ella tenía una voz angelical. Papá Palillo era un talentoso tenor, escribía muchas letras y era un buen compositor. Mamá Palillo era una dulce soprano y cantaba feliz mientras tocaba el piano. Y el niño Palillo también quería ser cantor. Cuando a la ducha entraba, tarareaba sin temor. Cada uno de ellos cantaba y cantaba sin parar y los vecinos aturdidos no sabían cómo hacerlos callar, porque cada uno cantaba una canción diferente. Hasta que llegó la policía a poner todo en armonía: “Deberán cantar una misma canción” les dijo el policía. Y así lo hicieron, el vecindario por fin oyó una bella melodía. Ahora los Palillo cantan juntos y con alegría.