María era una niña que le gustaba reciclar, todos los papeles que encontraba en el suelo, los recogía y los metía en una bolsa, los pesaba y siempre anotaba el peso en su libretita. Aunque la gente se burlaba, ella estaba convencida que por cada 100 toneladas de reciclaje, salvaba 17 árboles. Sus padres se negaron a que siga reciclando, no querían que se burlen de ella. De pronto la madre naturaleza se le apareció disfrazada de hada y le dijo que en agradecimiento por haber tenido tanto amor a la naturaleza, le concedería un deseo. María le dijo que mostrara a sus padres un bosque depravado, y así fue de un momento a otro parecieron en un bosque lleno de lagartijas, serpientes y sin árboles, era todo horrible. Solo cuando regresaron a la realidad, sus padres se dieron cuenta de la importancia de reciclar.